Yo Soy

Esa mañana, un día normal, nada indicaba lo sobrenatural. Mi alma vacía, sin dirección, siguiendo solo mi razón. Pensaba saber lo que era vivir, pero por dentro, no sabía sentir. Un mensaje vino directo a mí, como si hablaran justo de aquí. Como si alguien supiera quién soy, y sin saberlo, me habló el gran Yo Soy. Así, Jesús, entraste sin temor, y me llenaste con tu amor. Desde entonces, no me aparto de ti, desde entonces tú estás junto a mí. Nada llena como tu gran amor, nada calma como tu voz, Señor. No fue suerte, fue tu compasión, Que me alcanzó y sanó mi interior. Tu luz brilló en mi confusión, Y hoy vivo en tu redención. Desde entonces, no me aparto de ti, desde entonces tú estás junto a mí. Nada llena como tu gran amor, nada calma como tu voz, Señor. Desde entonces, no me aparto de ti, desde entonces tú estás junto a mí. Nada llena como tu gran amor, nada calma como tu voz, Señor.